Todas hemos bailado alguna vez con hombres a los que les gusta mostrar todo lo que saben en un solo tango: ganchos, boleos, barridas, sandwichitos, y otras figuras que se inventan ellos mismos intentando ser originales. Hace poco me enteré por casualidad, gracias a un amigo milonguero, de que hacen esto por miedo a que la mujer se aburra con ellos bailando. ¿Aburrirse? Me quedé de piedra porque de todo lo que se me podía haber pasado por la cabeza, eso era lo que menos esperaba oír. Justo en ese instante sentí que nunca había estado más de acuerdo con John Grey que en ese momento: los hombres son de Marte, las mujeres de Venus.
Se que hay muchos hombres que leéis el blog y aguantáis todas mis críticas con una sonrisa -o con ganas de estrangularme-, así que lo mínimo que puedo hacer es aclararos porqué me sorprendió tanto oír tal afirmación. Se trata de que creo que los hombres, que piensan que las mujeres se aburren cuando no les hacen muchas figuras, están muy equivocados. Por lo que tengo entendido por opiniones de otras milongueras, coincidimos que a las mujeres nos gusta un buen abrazo, entendiendo por ello un abrazo cómodo para ambos, en el que el hombre no estruje a la mujer, ni la fuerce de ninguna manera en el movimiento, ni impida su movimiento. Nos gusta también que un hombre escuche e interprete la música, pero para ello no son necesarias mil figuritas por segundo sino que solo es necesario caminar y hacer algún giro para no salirse de la pista, sin golpear ni chocarse con nadie. Nada más... y nada menos. El resto puede estar bien, pero solo si se hace correctamente, dominando el eje y los tiempos en todo momento.
He de reconocer que al menos a mí, hay algunas cosillas que si me aburren, como por ejemplo los hombres que bailan todo igual, rítmicamente hablando, que escuchan una milonga y te la bailan como un tango o un tango como un vals o ni siquiera saben lo que está sonando, que lo bailan todo. También me aburren los que sonando un precioso vals en el la música pide una fluidez de movimiento, me hacen cinco sandwichitos en cuatro minutos, con paradas donde no debía haberlas y destrozando el tema totalmente. Confieso que además me aburren los milongueros que en lugar de escuchar la música, hablan o peor aún, dan lecciones o los que hacen una figura, no les sale o no te sale a ti, y se pasan medio tango insistiendo para que salga bien. Aún así creo que el colmo del aburrimiento son los que bailan para que los miren a ellos y no para la mujer a la que abrazan. Todo esto que he mencionado son cosas que realmente aburren, y no un agradable abrazo con una caminadita y un par de giros, sin mostrar todas las figuritas de tango que uno sabe.
Hola Milonguera!
ResponderEliminarSí, tu amigo tiene razón cuando dice que muchas veces los hombres intentamos hacer mil figuras para no aburrir a la mujer. A mí reconozco que me pasa y que me preocupo mucho en ingeniármelas para no repetir la misma figura dentro de la tanda de tango, ya que muchas chicas donde yo tangueo se quejan de que los hombres siempre hacen los mismos pasos…
Quizá tenga que tener en cuenta tu consejo y preocuparme menos por no repetir figuras y más por musicalizar. Aunque musicalizar bien es muy complicado, especialmente si no sabes de memoria el tango que suena, no pides poco…
Ahora bien, también tengo un contraejemplo, que es una excelente amiga y también una de las mejores bailarinas de tango que conozco, que en una tanda conmigo, tras haber estado ella un par de meses sin bailar, me decía: “hazme volar, hazme volaaarrr!” pidiendome desesperadamente figuras de tango nuevo...
Lo se Javier, no pido poco. :-)
ResponderEliminarYo bailando no me preocuparia de nada, solo de disfrutar y la que quiera volar,a ryanair.
ResponderEliminar