Es curioso cómo las realidades y verdades fluctúan según el punto de vista de la persona de la cual surgen.
En aquella milonga yo estaba sentada con una amiga junto a la barra del bar, justo al lado de una pareja de profesores de tango (pareja A), nada discretos, que hacían comentarios sobre otra pareja de profesionales (pareja B), cuyos precios por clase privada eran muy bajos comparado con los precios que por lo general se cobran en el mercado. Según la pareja A, la pareja B perjudicaba al mercado y además, para ellos, lo que hacían era "competencia desleal".
Partamos de la idea de que competencia desleal es cualquier comportamiento comercial que no respete las reglas del mercado, que van sujetas a leyes o establecidas por los usos o costumbres.
Partamos también de otra idea, más bien de una realidad: en el mundo del tango, en el que yo hace un tiempo que me muevo y observo, un gran número de los que imparten clases no son ni una asociación, ni una escuela de baile, ni autónomos, por la sencilla razón de que para serlo, Hacienda tiene que saber de ellos. Y no es así: estafan al Estado y nos estafan a todos.
¿Que engañar a Hacienda es el deporte nacional en este país y que todo el mundo lo hace, no solo en el tango sino en cualquier modalidad de clases de baile y en otros ámbitos? Pues señores, por mucha costumbre que sea, no se admite barco como animal acuático.
Volviendo a la historia de la barra del bar, el colmo de los colmos fue escuchar a esa pareja A, desconocidos totalmente por Hacienda, que debido a su ignorancia o falta de vergüenza, criticaban a la pareja B, igualmente desconocida por Hacienda, por hacer básicamente lo mismo que ellos pero de forma algo más exagerada. Porque seamos sinceros, competencia desleal es lo que la pareja A y B hacen a todos los que pertenecen a ese mundo y sí que pagan impuestos.
Y ahora lo que no entiendo: ¿porqué los que pagan impuestos no denuncian a toda esta gentuza? Yo, sin duda, lo haría. Como alumna, intento poner mi granito de arena y ya desde hace un tiempo no voy a clases que no sean organizadas por una asociación o una escuela de baile o un profesor del cual tenga constancia que paga sus impuestos tal y como yo hago cada primavera.
Hace años que es este país estamos en una crisis que no acaba, pero la crisis verdadera no es económica, sino de valores. ¿Cómo pretendemos que halla cambios y mejoras si cada ciudadano hace lo que le da la gana y en lugar de hacer un esfuerzo por corregir su comportamiento emplea esa energía en criticar a otros que hacen lo mismo...?
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