Después de ojearles durante alguna que otra tanda, en un momento avanzado de la noche, en el que yo estaba descansando y ya no había mucha gente en la pista de baile, decidí observarles una tanda entera. El primer tango lo comenzaron con una secuencia en la que ambos caminaban hacia adelante. Definitivamente se ganaron toda mi atención, ya que era la primera vez que milongueando veía a una pareja empezar un tango de una forma tan original. He de reconocer también que me sorprendieron positivamente por la conexión que transmitían, el juego que había en su tango, el disfrute que se veía en ellos mientras bailaban: me tuvieron hipnotizada toda la tanda.
Esa misma noche, al comentar a una amiga lo mucho que me habían gustado y preguntarle por ellos, me comentó que eran milongueros conocidos y que no solo eso, sino que entre otros reconocimientos estaba el de
su energía positiva y también por su calidad humana. Os dejo un par de vídeos que he encontrado en YouTube, en los que bailan desde el maravilloso sótano de su casa, para felicitar la Navidad a sus amigos milongueros... ¿¿os he dicho que quiero un sótano como ese?? ¡Qué preciosidad!
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