En España y en buena parte de Europa el tango no solo es algo relativamente nuevo sino también una pasión adoptada, que no es parte de la cultura local. Por ello, a este lado del mundo generalmente no se entiende la cultura del tango como la entienden en tierras porteñas. Pensaba que era algo obvio, pero me he encontrado a más de uno (maestros de tango argentinos o milongueros argentinos que van a Europa, o milongueros experimentados europeos que han pasado temporadas en BA) molestándose por no encontrar aquí ni siquiera un reflejo de lo que ellos encuentran en BA. Hay que asumirlo, es lo que hay.
Para la mayoría de los milongueros europeos equilibrados el tango es una afición, una pasión, pero no por ello estará como número uno en su lista de prioridades. Además, aunque muchos de ellos desearían viajar a Argentina y vivir la experiencia y la cultura argentina, no todos pueden: cada uno hace lo que puede con los medios de los cual dispone.
Ahora bien, no ir a Argentina, no quiere decir que estos milongueros europeos pasen olímpicamente de la cultura argentina. Los aficionados por lo general, escuchan tango, ven películas y documentales de tango, leen y escuchan las hermosas letras de algunos tangos, se emocionan con la música en vivo, les gusta ir a bailar a la milonga y se sienten atraídos por el arte relacionado con el tango, en la modalidad que sea. Es por eso que los festivales de tango existen: para ofrecer algo de todo eso.
El problema de los festivales es que son los eventos de tango que más cuestan y aunque eso no implique que sean caros, no son aptos para todos los bolsillos, especialmente para los de la gente joven.
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