Supongo que esa fue la tercera o cuarta vez que tropezaba con la misma piedra. Acepté una invitación sabiendo que la palabra "tragedia" estaba escrita en nuestro destino, pero como era el novio de una amiga, me sentía mal por rechazar su invitación y acepté por compromiso: tocaba momento ONG o de suicidio milonguero, o como queramos llamarlo.
Sonaba una de milongas...¡milongas! Él sonrió. Yo sonreí y respiré profundo intentando armarme de valor. Me concentré, sabía que iba a necesitarlo. Sonó el primer compás, el segundo, el tercero, los treinta primeros. No nos movíamos. Al final se dio el milagro, pero era algo así como un coche sin batería: un intento, una calada. ¡Ayyyy! En el segundo intento conseguimos hacer un movimiento, todavía en la misma baldosa, pero aquello era más bien a un balanceo poco sincronizado. Yo me sentía como una barca de remos en medio de una tormenta, me parecía extrañísima su forma de moverse. Los intentos se repitieron, pero el resultado el mismo. En mi vida me había pasado algo igual, de no se capaz de coordinar con mi pareja ni dos segundos y dar un paso.
La primera milonga terminó, comenzó la segunda, nosotros permanecíamos en el mismo lugar. La historia se repitió. La frustración era patente, había miradas de incomprensión: él, como diciendo "¿porqué no me entiendes?"; yo, "¿me estás hablando en chino?". Yo no hacía nada, no sabía qué hacer, no entendía sus marcas. Definitivamente, el tango es cosa de dos.bLo que está claro es que no deberíamos haber bailado: ni yo debería haber aceptado su invitación, ni él debería haberme invitadosospechando que no me gusta bailar con él, no después de haber rechazado sus invitaciones en numerosas ocasiones.Al final, pasó lo que tenía que pasar: hablamos de lo que sucedía, dejamos de "bailar", dejamos la tanda sin terminar.
Pasó muchísimo tiempo más, meses, hasta que volvió a invitarme. ¿Y sabeis qué? ¡Que no aprendo! Quinto error: seguía siendo el novio de mi amiga y volví a decirle que si por compromiso. Lo hizo con una tanda de tangos, no milongas, y aunque el resultado fue mejor, definitivamente ese chico y yo no somos compatibles. Yo ya me di cuenta hace tiempo, ¿porqué él sigue insistiendo?
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