Mientras se baila, no se habla. Pero además de tener en cuenta esto,
hay que saber lo que se debe o no decir en una milonga, bien porque puede
ofender, bien porque se puede malinterpretar, o bien porque es algo grosero
decirlo. Reconozco que yo misma he dicho alguna vez algo que no debía y creo
que nos ha pasado a todos los que de alguna manera solemos ser muy sinceros, y
de vez en cuando, simplemente se nos olvida la diplomacia en casa. Eso sí, hay
grados de sinceridad… y de diplomacia.
Era una milonguita semanal,
de esas en las que solo están "los de casa". Yo me sentía especialmente
coqueta y ese día me puse un top de algodón ajustado, aunque no muy pegado, y
que me hacía lucir bastante escote. Bailaba una tanda de Canaro que me encanta,
y concretamente el tema de Corazón Encadenado. Cuando suena algo que me vuelve
loca me gusta entregarme del todo, bailar en abrazo cerrado, y a veces incluso cierro
lo ojos para entregarme por completo a la música y al abrazo, sin enterarme de
lo que sucede a mi alrededor. Y esa vez así era. Envuelta en la magia, entre tema y tema y todavía
flotando en una nube, abrí los ojos y me encontré con mi bailarín mirando a mi
escote y diciendo “me la estás poniendo dura”. Me quedé atónita y sucedieron cuatro
cosas: una, se rompió la magia y fui consciente de dónde estaba yo y donde
estaba mi escote (en cualquier lugar menos donde debería de estar, dejando al
descubierto buena parte de mi sujetador); dos, pasé del blanco pálido de mi
piel al rojo escarlata en milésimas de segundo debido a la vergüenza; tres, la
vergüenza se convirtió en indignación
por lo que había escuchado (he de decir que fue más por el descaro que mostró
este chico en particular al decirme eso cuando su novia bailaba dos metros más
allá, que el comentario en sí, por grosero que sonara); cuarto, empezó a sonar
un nuevo tema y él a bailar, con lo cual todavía incapaz de reaccionar del todo,
mis pies empezaron a moverse con la música en lugar de hacerlo hacia mi mesa
después de contestarle un gracias. Menos
mal que reaccioné así, en contra de mi naturaleza en situaciones de este tipo, porque
creo sinceramente que fue un comentario terriblemente sincero, nada diplomático
y totalmente fuera de lugar, pero solo eso, un perfecto arrebato de su parte,
ya que su conducta desde entonces ha sido intachable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario