¿Os lo han preguntado alguna vez? A mí me lo preguntó una de mis mejores amigas
cuando vio una entrada en mi perfil de Facebook, dirigida especialmente a
mis grupito de tango, para hacerles saber mi anhelo por volver a
milonguear después de permanecer un tiempo forzosamente alejada del
tango. He de decir que por descuido mío lo leyeron amigos y familiares
para los cuales la palabra "tango" va asociada a un baile, un país
llamado Argentina, Gardel, una raja en la falda, mucho enrosque de
piernas, provocación, y una rosa roja en la boca. Aunque he de admitir
que alguno va algo más lejos y asocia el tango a Al Paccino… AMÉN.
Y
mi post decía: "tengo ya ganas de volver a sentir un abrazo suave, que
escuche la música y sus pautas, sus murmullos y sus silencios, con
marcas apenas perceptibles, sin florituras ni acrobacias, y que con solo
una caminadita bien sentida me transporte a otro mundo, donde solo
existe un abrazo, dos seres, y una conexión de almas a un mismo compás".
Me salió la vena poética que solo sale de mí cuando hablo de amores y
de tango.
El
tango nos da a cada uno algo diferente. Casi todos los amantes del
tango vamos a la milonga para formar parte del evento social y luego
cada cual, tiene sus otras razones. Algunos supongo que irán a
divertirse, coquetear, socializar para conocer gente, o juntarse con
amigos; otros, a escuchar la música, abrazar, compartir, descubrir,
curarse, transformarse, y observar. Y habrá más razones, de eso seguro.
Yo
personalmente voy a la milonga a juntarme con amigos y a trasladarme
por unos momentos a otro mundo, mientras bailo una preciosa tanda que me
pone los pelos de punta y me hace flotar. Siento: como cuando sonríes a
alguien y te devuelve la sonrisa, o cuando abrazas a alguien y te
devuelve de igual modo el abrazo y luego se convierte en uno solo. Daría
lo que sea por sentirlo cada día, o en cada milonga, y cuando así es,
esa noche duermo como un bebé, con cada fibra de mi ser envuelta en una
felicidad absoluta. Y la verdad, no hay muchas cosas en la vida que me
den una felicidad así.
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