Hay mujeres de lo más diplomáticas, de las que nunca dicen que no aunque quieran rechazar la invitación: se lo bancan todo. Y se les nota mucho porque muchas de ellas cuando bailan no saben como fingir que están disfrutando, y en realidad están deseando que acabe la tanda. ¿Habeis observado alguna vez las expresiones de la gente cuando baila? se nota perfectamente los bailarines entregados y disfrutando, a los que están incómodos, y a los que ni les va ni les viene, les da todo igual.
En mi opinión, la mujer debería rechazar la invitación si no le apetece bailar, y no sentirse mal por ello. Y el hombre debería aceptarlo de forma natural, sin hacer drama. Y si esto no es plato de buen gusto para todos los milongueros y milongueras, quizás podrían invitar tanto ellas como ellos. Cualquiera de las dos opciones sería justa tanto para hombres como para mujeres. ¿O no?
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