Durante un festival de tango local, quedé a comer con unos milongueros amigos. Charlamos de música y otros temas, y ya por el café, empezamos a contar anécdotas que nos habían sucedido y los comportamientos curiosos de la milonga.
Entonces fue cuando les conté que a veces se dan casos muy peculiares y que una vez vi a un chico, que después de ser rechazado, tomó del brazo a la bailarina, la arrancó de la silla y la arrastró a la pista. Este chico parecía que no estaba dispuesto a aceptar un no bajo ningún concepto. Incluso me atreví a confesar que a mi me había pasado en alguna ocasión. Parece que no me creyeron porque dijeron que ningún bailarín es tan bruto y capaz de hacer algo así.
Ese mismo día fuimos todos a una milonga de tarde. Llegamos temprano y
nos hicimos con un lugar de lo más estratégico para sentarnos, pedir unas copas y además poder ver bien la pista. Estábamos brindando y charlando cuando se acercó a mí un chico conocido y
me pidió baile. No era el momento, estaba muy a gusto charlando y la
pista estaba todavía medio vacía (no me gusta bailar cuando no hay casi
nadie en la pista), así que rechacé con una sonrisa la invitación
diciendo "ahora no, bailamos más tarde si quieres". Al ser conocido y para evitar incomodidades le dije que no sonriendo. No sirvió de nada.
Bien porque no supo aceptar el rechazo, o bien porque no le apetecía aceptarlo, su respuesta fue "es
que tú eres la única que me dice que no...". Acto seguido me quitó la
copa de la mano, la dejó sobre una mesa cercana, y tiró de mi brazo
arrastrándome de la silla hacia la pista. Me pilló tan de sorpresa que ni reaccioné al principio y luego sucedieron tres cosas: una, por no crear una situación aún más incómoda terminé aceptando "su invitación", pero me pareció muy desagradable su actitud, por muy conocido que fuera; dos, los milongueros que me acompañaban se quedaron con la boca abierta sin dar crédito a la escena que estaban presenciando; tres, supe que mis queridos acompañantes ahora sí me creían... y casi hasta llegué a la pista con una sonrisa. Al regresar de la pista no me pude reprimir un "os lo dije... ¿veis? ¡Sí que pasan estas cosas!"
Espero que los chicos que tienen esta costumbre lean esta entrada al blog y aquí va mi mensaje para ellos: señores, eso no se hace. Si una chica dice que no, significa no, aunque te sonría. Es un comportamiento de mala educación, agresivo y propio de un auténtico bruto. Capito?
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