Estaba en una agradable comida con milongueros amigos, en la cual alguien confesó que fue taxidancer
en otros tiempos. Se me abrieron los ojos de par en par y pregunté:
"¿qué es eso de taxidancer?". Tras lo que me explicaron de primera mano y
lo que he buscado en internet, seguí preguntando entre amigos y
conocidos y he llegado a hacerme una buena idea.
Hay
aficcionados que van a Buenos Aires a bailar porque es el paraíso de
cualquier amante del tango: se puede ir a milongas, clases o seminarios
las 24 horas del día. Sin
embargo, debido al desconocimiento de mucha gente del cógido que rige
en las milongas porteñas y también al no conocer a nadie que les
introduzca en el ambiente, a veces van a a bailar, pero se pasan la
noche sin pisar la pista. En el caso de las mujeres sucede porque no les
han visto bailar antes y nadie se arriesga a invitarles si no saben
cómo bailan o bien no se enteran de que las están invitando; en el caso
de los hombres suele ser más por sentirse cohibidos o bien por
comportarse de forma inapropiada sin saberlo. La forma de invitar y
aceptar invitaciones parece que es algo diferente en Buenos Aires, donde rige
un código definido y bastante estricto.
Por otro lado, toda esta
gente que va ilusionada a Buenos Aires, va también para poder asistir a
clases, pero se encuentran con el problema de encontrar pareja para las
mismas, a no ser que viajen con su pareja. Para todos estos casos
mencionados exite una solución: contratar a un taxidancer, es decir, un bailarín experimentado que se
alquila por horas y garantiza un servicio exclusivo, personalizado y
seguro. Normalmente se contrata por un mínimo de tres horas, y además de eso, hay que sumar el precio de
la
entrada a la milonga y las consumiciones. El precio de un taxidancer suele estar entre
los 10 y 18 euros/hora, dependiendo de una serie de factores, entre los cuales está su experiencia.
El
taxidancer es quien puede introducirte al mundo de las milongas de la
ciudad y guiarte sobre cómo comportarte, ya que conoce los códigos de
cada milonga, los mejores horarios para entrar y el estilo de cada una
de ellas. Además, te asegura un número de tandas a bailar, puesto que
salvo en los descansos que se pacten, bailará contigo las horas
contratadas. Algún día contrataré a uno en Buenos Aires, pero de momento investigaré si los hay en Europa... solo por si en alguna ciudad -como por ejemplo Lyon- lo necesito.
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