martes, 6 de mayo de 2014

Efecto zaragozano

Efecto zaragozano [ eˈfek.to ][ sa.ɾa.ɣo'sa.no ] s. m. El cabreo que le entra a toda milonguera local que es ignorada casi completamente por los milongueros locales en cuanto una o varias milongueras giris, es decir, extranjeras o de otras ciudades, aparecen por una milonga local.

Posibles causas: los anfitriones quieren hacer gala de sus buenos modales y que las giris se sientan bien recibidas; los locales están cansados de bailar siempre con las mismas y quieren probar nuevos abrazos; algunos simplemente no quieren bailar con las de casa porque no les gusta bailar con ellas pero eso de admitirlo no va con ellos. Muchas veces, la verdadera causa en una mezcla de todas ellas o alguna no mencionada.


Cómo evitarlo: metiendo a las giris en una lavadora para que den unas cuantas vueltas y luego tengan problemas con el eje; cortándoles las piernas; o mejor aún, dándoles un capón bien enérgico en el cogote a los milongueros locales cuando van a invitarlas por segunda o tercera vez y sus milonguera locales (y amigas) están sentadas viendo cómo las patas de las sillas bailan más que ellas.

Posibles curas: rechanzando las invitaciones de los milongueros locales cuando las giris se han vuelto a su casita (aunque me da que muchos de ellos necesitan oír eso de "estoy cabreada" para entenderlo, ya que demostrarlo con el comportamiento no suele ser suficiente...); dándoles un buen sermón sobre lo importante que es cuidar "a las de casa", como se cuida a los amigos o a la familia (claro que esto  dura hasta el "efecto Dori" tiene lugar, es decir, se olvidan del sermón a los cinco minutos...). Dicen que lo último es lo más diplomático, aunque no me cabe duda de que lo primero es lo más efectivo.

Diccionario Enciclopédico de una Milonguera © 2013 Editorial Tanguera, S.L. 

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