lunes, 25 de julio de 2016

Análisis genético

Se dice que gran parte de la actual composición étnica de Argentina es el resultado de la descendencia de la gran ola de inmigración italiana y española en el siglo XIX y XX. Parece ser que la mayoría de los inmigrantes procedientes de España eran gallegos y asturianos, pero llegaron también leoneses, catalanes, canarios y vascos.

Quizás eso explique ciertos fenómenos en la organización de los eventos de tango en España si los organizadores proceden de Argentina y casualmente son descendientes de españoles, pero también quizás explique cómo una es capaz de atreverse a adivinar  -sin prueba genética alguna-, la procedencia del argentino/a con quien a veces tiene el placer de tratar o charlar (o escuchar su monólogo, en algunos casos). ;-)

Veamos... si tu interlocutor dice "¿oíste?", con más frecuencia que cualquier otra palabra; si después de hablar un rato no sabes si sube o si baja, si entra o sale; si tiene morriña, es decir, si te habla con nostalgia de su hermosa tierra; si desconfía de ti durante el primer minuto de conversación, pero tras el cuarto o quinto, ya sois amigos para toda la vida, entonces sin duda tu interlocutor será argentino, pero posiblemente de origen GALLEGO.

Sin embargo, si va con su bandera a todas partes; si al pedir café con leche, pide que la leche sea de su tierra; si bebe mucho y más aún si le gusta la sidra; si al hablar muchas de sus palabras terminan en diminutivos, entonces sin duda tundra algún abuelete ASTURIANO.

Si resulta que tu interlocutor es un poco cotilla, si además es generoso, si cuida mucho su forma de vestir, y si sabe de vino como nadie, entonces sin duda tendrá algún gen LEONÉS.

Pero pongamos que es algo tacaño (por ejemplo no ha querido comprar sillas en la milonga y nos tiene a todos de pie); sabe vender como nadie y fanfarronea un poquito de ser muy trabajador, entonces quizás algún antepasado suyo haya nacido en CATALUÑA.

En el caso de que se lo tome todo con calma, es decir, sea algo lento (aunque diga que es más bien cuestión de ser observador y detallista); si su acento es divertido y cantarín y usa la palabra "guagua" para referirse a un autobus (porque de casualidad la escuchó en casa); y lo más obvio, sea un guaperas y esté bronceadito siempre, seguro entonces que es de origen CANARIO.

Y lo más obvio de todo, si es algo cabezota y capaz de hacer lo que sea "por cojones"; se queja de que no folla aunque no sea cierto; es más fiestero que nadie, de los que se pasa la noche de joda sin dormir; le cuesta darte un abrazo sin antes observarte, invitarte a cenar, llevarte a beber (eso sí, para ver quien aguanta más) y consigue que hagas "gaupasa" (término que significa amanecer estando de fiesta), entonces quizás te suelte un abrazo, y ahí, quizás te vaya quedando algo claro que es de origen VASCO.

Pero no todo fueron gallegos, asturianos, catalanes, leoneses, canaries y vascos los que emigraron a Argentina, así que os dejo el enlace de un blog un divertido que he utilizado como fuente y que os puede ayudar a "esclarecer" otras procedencias... ;-): BloginMadrid.

lunes, 18 de julio de 2016

¡Sillas, por favor!

Era un festival de tango y como suele ser habitual en todo este tipo de eventos había artistas invitados para dar clases y hacer exhibiciones en las milongas. Durante la primera noche de milonga, a medianoche más o menos se interrumpió la música; poco después apareció un  organizador - argentino él-, y se situó en el centro de la pista para presentar a la pareja de bailarines que esa noche harían la exhibición. Mientras, los milongueros allí presentes salieron disparados a buscar un lugar donde sentarse o permanecer de pie sin molestar a los demás y así poder ver la actuación. Quien no pudo encontrar su espacio tuvo que sentarse en el suelo.

Yo tuve la suerte de encontrar una silla. Y digo suerte porque como era de esperar, el pibe habló y habló durante lo que pareció una eternidad: se movía de un lado al otro mientras parecía escucharse a sí mismo, bastante reacio a que aquel momento suyo de gloria terminara. Sé honestamente que fueron tan solo unos minutos pero a mí me parecieron horas, y supongo que al montón de gente que, a falta de sillas para todos, tuvo sentarse en el suelo helado de piedra o bien quedarse de pie, seguro que les parecieron días. Me parece bastante cansino tener que pasar por eso una y otra vez. Y no me refiero tan solo al hecho de parezca que a los organizadores les cobran 1000 euros/hora el alquiler de una silla (razón por la que entendería que siempre escaseasen), sino más bien porque cada vez que es un pibe argentino el que presenta una exhibición, nos dan las uvas (término español para decir que el tiempo parece que se alarga hasta el momento en el que dan las campañadas del nuevo año, que en España es cuando se comen las uvas, una por campanada). ¿No se dan cuenta mucha gente nos sentamos a veces en sillas pero otras veces en suelo helado de piedra porque no hay más sitio donde sentarse, y que lo que para ellos es un discursito (más largo a veces que la propia exhibición de los bailarines) es para todos los demás una gran posibilidad de enfriarnos y terminar enfermos? ¡Pues deberían!

lunes, 11 de julio de 2016

Psicotango

Me gusta leer blogs y todo lo que cae en mis manos sobre tango, y es ahí donde me topé con la web de psicotango, de la que ahora soy fan. La primera vez que entré me econtré con una pequeña encuesta (a la que podéis acceder desde la página principal) en la que se preguntaba si el tango mejoraba la sensibilidad de una, la seguridad, el conocimiento del propio cuerpo, si potenciaba la feminidad o masculinidad de uno, si bailar tango te hacía más feliz o menos o igual y si disminuía el sentimiento de soledad.

Me imagino que la respuesta de casi todo el mundo será SI a casi todo esto mencionado. El tango es definitivamente algo que nos hace sentir bien, sino, seguramente no bailaríamos. Hay casos como el mío, en el que el tango ha sido una terapia, más allá de todo lo demás, y hoy en día una de las cosas que más feliz me hacen.

La segunda parte de la encuesta trataba de señalar lo que cada uno considera más importante a la hora de elegir pareja: la pinta, la técnica, la labia, el abrazo, la edad, la simpatía, los modales, etc.

Luego ya entraba entraban questiones del tipo si creíamos que en la milonga éramos todos iguales, es decir, no existían barreras sociales.

Tras otras pocas preguntas, finalmente preguntaba por la razón de ir a las milongas: si era por diversión, para hacer ejercicio, por tradición o cultura, porque le hacía bien a uno al alma, por el abrazo, por la música, para ligar o para hacer amigos.

Contestar a todas estas preguntas me hizo plantearme muchas cosas y definitivamente, me inspirará en futuras entradas al blog. Os recomiendo que entreis a Psicotango a curiosear: creo que es un blog que merece la pena leer tanto si eres milonguero/a como si no.