martes, 8 de agosto de 2017

Lo que todas tienen en común

Hablo de las milongas por España. Casi todas las que conozco tienen varias cosas en común:

Una pista de baile generosa rodeada de sillas. Podríamos tener una pista más reducida de tamaño con mesas alrededor para que el lugar sea más amigable y la gente pueda, además de bailar, socializar. Supongo que entonces, todos esos milongueros que necesitan algún que otro kilómetro cuadrado de pista para poder hacer sus figuritas, no tendrían espacio suficiente. Lo cierto es que con el tamaño de las pistas actuales, siempre termina habiendo algún que otro pequeño accidente, con lo cual, quizás tenemos exactamente lo que necesitamos.

Un suelo de material duro, generalmente de baldosa, bastante incómodo para el baile. Hay pocas pistas de madera idóneas para milonguear donde las articulaciones no sufren. Sin embargo, he de señalar que cada vez hay más suelos de madera, sobre todo en las milongas habituales. Lo cierto es que tampoco hay muchas milongas, así que nos podemos permitir tener suelos como esos porque nuestras articulaciones no sufren mucho tiempo.

Escasea la variedad de milongueros varones, nuevos milongueros o guiris visitantes. Se extraña poder bailar de vez en cuando con diferente gente, descubrir nuevos abrazos. Aquí todos nos conocemos, de hecho, cuando vamos a una milonga nueva, lo único nuevo, es precisamente la milonga. Pero no nos aburrimos porque siempre hay sorpresas: un milonguero que cansado de bailar con las mismas chicas prueba su faceta de Dj, o un milonguero que después de milonguear tres o cuatro años, una o dos veces al mes, decide que ya es un maestro del tango. Y siempre están también los cotilleos amorosos.

Lo genial de nuestras milongas -de todas ellas-, es que hay un ambiente de familiaridad entre los milongueros. No somos tantos, muchos son los que nos conocemos, y es por eso también que siempre tenemos la certeza de encontrar una sonrisa en una cara amiga.

La misma música. Parece que hay gente que nunca, absolutamente nunca se cansa de los mismos temas. Si hay un osado Dj que pone algo diferente, la gente no baila, y lo que es más, aplauden cuando toca tanda de temas hiper-conocidos. ¡Y dicen que hay un millón de tangos! Pero bueno, es cuestión de que todos aprendamos más a escuchar música... todo llegará, nuestra comunidad es aún muy joven.




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