jueves, 6 de diciembre de 2012

¿Y qué tiene el tango que tanto te da?

¿Os lo han preguntado alguna vez? A mí me lo preguntó una de mis mejores amigas cuando vio una entrada en mi perfil de Facebook, dirigida especialmente a mis grupito de tango, para hacerles saber mi anhelo por volver a milonguear después de permanecer un tiempo forzosamente alejada del tango. He de decir que por descuido mío lo leyeron amigos y familiares para los cuales la palabra "tango" va asociada a un baile, un país llamado Argentina, Gardel, una raja en la falda, mucho enrosque de piernas, provocación, y una rosa roja en la boca. Aunque he de admitir que alguno va algo más lejos y asocia el tango a Al Paccino… AMÉN.

Y mi post decía: "tengo ya ganas de volver a sentir un abrazo suave, que escuche la música y sus pautas, sus murmullos y sus silencios, con marcas apenas perceptibles, sin florituras ni acrobacias, y que con solo una caminadita bien sentida me transporte a otro mundo, donde solo existe un abrazo, dos seres, y una conexión de almas a un mismo compás". Me salió la vena poética que solo sale de mí cuando hablo de amores y de tango. 

El tango nos da a cada uno algo diferente. Casi todos los amantes del tango vamos a la milonga para formar parte del evento social y luego cada cual, tiene sus otras razones. Algunos supongo que irán a divertirse, coquetear, socializar para conocer gente, o juntarse con amigos; otros, a escuchar la música, abrazar, compartir, descubrir, curarse, transformarse, y observar. Y habrá más razones, de eso seguro.

Yo personalmente voy a la milonga a juntarme con amigos y a trasladarme por unos momentos a otro mundo, mientras bailo una preciosa tanda que me pone los pelos de punta y me hace flotar. Siento: como cuando sonríes a alguien y te devuelve la sonrisa, o cuando abrazas a alguien y te devuelve de igual modo el abrazo y luego se convierte en uno solo. Daría lo que sea por sentirlo cada día, o en cada milonga, y cuando así es, esa noche duermo como un bebé, con cada fibra de mi ser envuelta en una felicidad absoluta. Y la verdad, no hay muchas cosas en la vida que me den una felicidad así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario