martes, 4 de julio de 2017

Respondiendo a un porqué

Una mujer es invitada por un hombre y ella rechaza la invitación. Es una escena que no es agradable para ninguna de las partes implicadas, pero sucede de vez en cuando. Hay hombres que se ofenden, directamente asumen que la mujer no quiere bailar con ellos, y listo. Muchas veces es cierto, otras no.

La verdad es que nadie se para a pensar el porqué, simplemente se sentencia el acto, mediante un juicio personal. A veces, el orgullo del hombre queda herido, y la consecuencia de esto es que luego ese hombre ya no habla a la mujer de nuevo, se comporta con incomodidad, evita su mirada, o incluso hay algún osado que incluso la crítica. Pocos lo toman con naturalidad, sin darle más importancia de la que merece.

¿Os ha pasado alguna vez? Pues bien, yo soy una de esas mujeres que ha rechazado, nunca por gusto, sino porque me ha salido del corazón. Me he visto en esa situación varias veces. La primera vez me dolió la actitud del hombre, después ya no, aunque sigue resultando algo molesto que reaccione de esa manera en lugar de con naturalidad.

Hay algún hombre rechazado (amigo o conocido), sin embargo, con el que he podido hablar tomando una copa y explicarle el porqué de mi rechazo. Después de comprenderlo la energía ha vuelto a fluir positivamente. Pero esto es algo que no se puede hacer con cada milonguero. Además, nadie tiene el deber de contar su vida ni dar explicaciones: comprender eso es respetar. 

A este conocido le expliqué que en mi caso particular, por motivos de salud, soy muy sensible a cualquier movimiento brusco o a abrazos rígidos, que por leves que sean, me hacen daño. Fui muy sincera con él y le expliqué, que como él, hay hombres que aún no saben o no pueden disociar bien por los motivos que sean (salud, falta de práctica, o técnica), pero que les gusta el abrazo cerrado (y rechazan el abrazo abierto, que es en el que la mujer podría estar más cómoda). El que un hombre no disocie bien, hace que de alguna manera y sin querer, someta a la mujer a movimientos antinaturales, que pueden dañar seriamente su columna, o también las articulaciones, principalmente rodillas. En el mejor de los casos es simplemente molesto, no es agradable... y para disfrutar ambos de una bonita tanda, los dos deben de estar cómodos.

1 comentario:

  1. Hola Milonguera.
    Pues sí me ha pasado alguna vez, y sí, no he vuelto a sacar en mucho tiempo o quizá nunca más a la que me ha rechazado, lo reconozco. Pero te voy a añadir algo, y es que, yo creo que si el rechazo se ha debido a una causa puntual, como estar cansada en ese momento, o tener algún otro problema, me parece lo indicado que la mujer tenga el detalle de sacar al hombre rechazado cuando le sea posible. Yo al menos agradecería ese detalle.
    Yo personalmente no soy de rechazar a nadie, aunque alguna conozco que preferiría que no me saque, pero bueno, si lo hace se baila y punto. Este mismo sábado me ocurrió, aunque me pilló desprevenido, ya que era una desconocida que estaba de paso.
    En fin, abrazoa milongueros.

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