sábado, 19 de octubre de 2013

Incendio en su falda

Era una milonga de domingo tarde, la última de un encuentro de milongueros, ya a última hora cuando apenas quedaba gente. El ambiente era relajado y me acuerdo que sonaba un tema en el que yo estaba en perfecta sintonía: soñando y nada más... hasta que de repente oí un grito. La naturaleza curiosa de la que estoy hecha y yo nos dimos la vuelta a la vez para ver de dónde provenía el escándalo y entonces vi a una mujer bailando más bien una danza africana que un vals, mirando como loca a su falda como si hubiera descubierto una tarántula trepando por ella, pero no... lo único que pasaba es que su falda echaba un poquito de humo.

Lo siguiente que vi fue a otra mujer con una chaqueta golpeando la minúscula fogata pegada a su falda compuesta de una llamita insignificante. La escena pasó a ser divertida en cuanto el marido de la dama entró en acción, que sin chaqueta alguna y con la palma de su mano, consiguió apagar el fuego de la falda a base de palmadas en el trasero de su mujer. Ella, volviéndose hacia él algo molesta por lo sucedido y al mismo tiempo queriendo quitarle importancia, bromeó diciendo: "cariño, ¡si querías meterme mano no hacía falta que como excusa prendieras fuego a mi falda!". Creo que después de eso Canaro quedó en el olvido, acallado por las risas de todos los presentes. El misterio de cómo su falda prendió fuego con una de las velas, quedará ahí pero supongo que su falda rozó alguna vela al pasar junto a alguna mesa.

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