sábado, 21 de diciembre de 2013

Quiroz

Supongo que si os movéis por Madrid de vez en cuando o por cualquier rincón de la península ibérica, habréis asistido alguna vez a una milonga musicalizada por un pibe llamado Mariano Quiroz. Hablo de ese chico de ojos vivaces y pelo revoltoso que crea magia allí donde él pone sus vinilos, su arte y su ilusión. Creo sinceramente que pertenece al grupito de los pocos Djs que conozco que realmente lo son.

A musicalizar una milonga son muchos los que se atreven una vez que se familiarizan con el conjunto de los quinientos o seiscientos tangos más oídos en las milongas. Y algunos lo hacen de maravilla, aún así, lo que hacen es simple: montan la milonga, la meten en un USB, o a veces, queriendo ser más profesionales la dejan en su ordenador de última generación y le dan al play. Algunos, ponen buena música y encandilan a la gente; otros, de forma inexplicable, encima eligen tangos difícilmente bailables, ¡con lo difícil que eso es teniendo en cuenta la de temazos que existen..!. Están los que te mezclan tandas decentes con eso que llaman tango nuevo, que corta la onda de la milonga y con ello la magia. Entiendo que hay gustos para todo así que teniendo en cuenta eso, quizás sería mejor hacer milongas solo de tango nuevo y no mezclar, ya que esas tandas de tango nuevo, a mi parecer, nada pintan en una milonga tradicional. Otros intentan ser originales, pero mejor ni hablamos de éstos. Lo hacen con ilusión y con la mejor de las intenciones y eso está muy bien para una milonga local o entre amigos, pero no para un evento al que asiste gente de fuera que ha invertido tiempo, dinero y esfuerzo. Es como darles a estos pobrecitos una milanesa, pero sin pasar por la sartén.

Un Dj no solo tiene que ir amoldando la música a los milongueros de la pista para mantenerla en todo momento fluida y llena, sino que además tiene que ir calentando el ambiente poco a poco hasta conseguir que las horas vuelen, los abrazos se hagan más íntimos y especiales y los corazones se salgan del pecho. Para ello no sirven las tandas enlatadas en un USB o un ordenador, sino ir adaptándose, leer lo que que la milonga pide. Ser Dj es un arte, independientemente de la música con la que regales a tu público, y no se aprende en dos noches y media.

Un pajarito me ha dicho que Quiroz ya era Dj de otro estilo musical mucho antes de comenzar en el mundo del tango, y supongo que eso explica lo que ocurre en las milongas en las que él musicaliza: sabe lo que hace. También me han dicho que su colección de vinilos es magnífica, de coleccionista, y eso también explica de donde saca los temazos con los que inunda las milongas, y los corazones de muchos milongueros. Gracias Mariano.

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