domingo, 1 de febrero de 2015

Rompiendo barreras

Dicen que si se quiere ser feliz, no hay que escuchar todo lo que a una le dicen, ni creer todo lo que una ve, y tampoco decir todo lo que una sabe. Sin embargo en el tango sí hay que darlo todo cuando una regala un abrazo y eso sí es necesario para ser feliz mientras bailas y hacer feliz a la persona con la que bailas. Pero darlo todo no es sencillo porque eso incluye abrazar y sentirse cómoda haciéndolo.

Hace unas semanas conocí a una chica principiante cuya pareja sentimental, por la que me imagino que ella empezó a bailar tango, ya era bastante más experimentado que ella. No se la veía cómoda en la milonga. Al principio pensé que era porque era principiante y no conocía a nadie, pero suponer a veces no es suficiente. Tras hablar con ella un rato y preguntarle por la milonga y si se lo estaba pasando bien, charlamos un rato y me confesó que a ella que costaba abrazarse a extraños y que por eso se encontraba algo fuera de lugar. Lo comprendí: al principio es algo que a casi todas las mujeres nos pasa en algunos países, quizás por cultura o educación.

Pero ocurre algo importante: una chica que no se siente cómoda abrazando a extraños, no puede darlo todo bailando con ellos. Así que lo primero y más importante parece ser que es romper esa barrera si una quiere disfrutar del tango y hacer que su pareja también lo disfrute. Algunas personas pensarán que es una tontería, que es tan solo cambiar una actitud, pero la verdad es que no es tan sencillo. Abrazarse a alguien es algo íntimo, es compartir mucho, y los reparos, los miedos y las manías, son espinas difíciles de quitar.

¿Qué hacer entonces? La respuesta no la sé. Sin embargo yo una vez estuve en ese punto: no sabía abrazar, me incomodaba, y más aún si se trataba de extraños o de personas que incomprensiblemente me producían incomodidad. Lo que yo hice fue bailar en abrazo abierto hasta que poco a poco fui conociendo a la gente local, ganar confianza, y una vez que esto fui capaz de hacerlo con mis amigos, y luego con mis conocidos, pude hacerlo con desconocidos. Es un proceso lento, y la mayor traba con la que se suele encontrar una milonguera es que hay milongueros a los que por lo general les gusta bailar en abrazo cerrado, no quieren bailar con una chica en abrazo abierto porque es algo más frío y es como perder la esencia misma del tango. Tengamos en cuenta que, al fin y al cabo, el tango es abrazo.

1 comentario:

  1. No conozco la sensación que describes, siendo yo desde mi primera clase de abrazo cerrado. Así me enseñaron y así lo hice con cualquier pareja, conocida o no. Sí voy más abierto y separado con un par de chicas asiduas a la milonga, pero es que son tan extremadamente delgadas que parece que si las abrazo se me vayan a romper. Así que ya ves, todos tenemos nuestras manías.

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